sábado, 7 de junio de 2014

Mamá con tacón

Y son Louboutin... mejor!



Cuando eres madre, el tiempo para prepararte se limita mucho. Por las mañanas, o te preparas antes de que se levante tu hij@(es decir, sacrificas media hora de tu sueño por tomarte un café en silencio y prepararte en un ambiente desconocido: sola) o te preparas con él. Yo, sinceramente, sacrifico media hora de mi sueño por la vivir la paz del silencio. Me levanto, me ducho, me hago mi morning coffee con mis biscotti, me siento y leo el periódico, facebook o me quedo en babia... y luego me preparo. Justo cuando me estoy poniendo la máscara de pestañas se despierta Bebé Súper Plus. Y ahí, comienza el día. Lo anterior era el limbo.

Para mí es vital que la imagen que me devuelva el espejo me guste. Así que me pongo colorete hasta para bajar la basura, porque encuentro una reciprocidad en verme bien y sentirme bien, es un sentimiento de doble dirección. ¡Y está altamente valorado cuando eres madre! La maternidad relega tu Yo a un segundo plano (a un quinto por ser honestos -¡qué bonito, que ganas de ser madre!- estarán pensando mis amigas sin hijos...) y te pierdes en una vorágine de pañales, mantitas, purés y biberones; por eso, el tacón y el pintalabios no me abandonan nunca.

Alguna vez me han dicho "¿Chica, arrastrando el carrito y con tacones? Ponte un poco más cómoda..." Señora: si yo decido empujar el carrito (7 kilos) de mi hijo (15 kilos) con 10 centímetros de tacón, y soy feliz con ello... ¡¡A quien le importa!! Total, siempre va a haber quien te critique por todo; si no te arreglas dirán "¡Uh! qué descuidada va siempre..." y si te arreglas dirán "Mira como se pone para ir al parque...ni que fuera de compras por Serrano...". ¡Ah! ¿no os lo había dicho? El nivel de opinión de los ajenos sobre tu vida crece hasta límites insospechados cuando eres madre... todo el mundo te dirá lo que piensa y lo que le parece sobre todas las decisiones que tomes... así que, ¡ponte los tacones más altos y píntate los labios!

La maternidad es maravillosa, pero a veces es difícil ponerse la sonrisa... por eso, ¡hay que pintársela!

Mamá wears high heels.

Mamá rocks!!!! 

lunes, 2 de junio de 2014

El peligro del... "Quiero que.."

Feliz lunes a todas las mamás... !!!

Desde que te quedas embarazada quieres o esperas algo... quieres saber que todo está bien a los 3 meses, saber si es niño o niña, quieres que se mueva, quieres que nazca... Y poco a poco, todos tus deseos se van haciendo realidad... ¡Qué bonito! O no...

Veamos la evolución y el causa-efecto:

Causa: Quiero que haga cositas, que juegue... Efecto: ¡¡quiero que deje de tirarlo todo!!

Causa ¡Qué ganas de que coma como nosotros! Efecto: ¡¡quiero que deje de escupir!!

Causa: En la guardería come solo. Quiero que en casa también coja los cubiertos. Efecto: Comerán todos los azulejos.

Causa: ¡Qué bien! ya le podemos dejar que juegue en la bañera. Efecto: Limpia el cubo de fregar el suelo de la cocina y prepara, otra vez, la fregona y el cubo para el baño.



Causa: Quiero que vaya al parque, me encanta verle interactuar con otros niños. Efecto: Saldrás corriendo.
El parque es la ley del más fuerte. Todo es de todos... hasta que llega tu hijo, y soluciona el conflicto diciendo "Mío". De todas formas... el parque merece un post a parte.

Causa: Quiero que aprenda a jugar solito con sus juguetes. Efecto: La casa se queda en silencio... tú te quedas en la cocina, poniéndote un café, orgullosa porque tu pequeño está jugando solo. Error. Tu hijo ha ido al baño, abierto los cajones y tirado todo lo que ha visto por delante. ¡El silencio y un niño no son buenos compañeros!

Causa: Quiero que se acostumbre a ir andado hacia donde yo voy. Efecto: No llegarás nunca.

Estas son premium:

Causa: ¡Ay, tan bonito! ya empieza a hablar, tengo ganas de que me diga cosas...  Efecto: Te gastará el nombre. Ver el postTrending topic #mamaaaa

Causa: Quiero que ande. Efecto: No te sentarás en los próximos 3 años.