Mi hijo tiene dos años, y voluntariamente ha pasado de la cuna a la cama. Ahora dice que la cama de Telmo es esa y ahí y sólo ahí quiere dormir... Al principio, a los Papás Súper Plus, nos hacía muchísima ilusión: nuestro pequeño se hacía mayor y dormía en la cama... Ohhh... Hasta que pasan 10 minutos y aparece en el salón. "Venga, Telmo, vuelta a la cama. A mimir." Y el nene, súper obediente, vuelve y se tapa. "Qué listo es mi niño". 10 minutos después, vuelve al salón. A la enésima vez que hemos ido a la cama, se hace el silencio. ¡Por fin! Ya ha aprendido que tiene que dormirse en la camita, ¡qué bien! -nos congratulamos Papá Súper Plus y yo-. Al tiempo volvemos a su cuarto en sigilo para taparle y arroparle, pero ¡el niño no está en la cama!
Se ha dormido en el suelo jugando con los cochecitos... al final, ¡¡sí que era listo!!
Esto pasó las dos primeras noches, ahora ya hacemos 4 ó 5 viajes de la cama al salón y después se duerme tranquilito en la cama. Pero entrada la noche, se enciende el modo fantasma. El primer día que sentí una respiración en mi nuca, abrí los ojos y vi a mi hijo con un camión en las manos me sentí Nicole Kidman en "Los Otros", y desde ahí, han sido así casi todas las noches. Ha llegado a venir hasta con las zapatillas.Y el nene es listo, da la vuelta a la cama y aparece a mi lado, no al lado de Papá Súper Plus que es el que más cerca está de la puerta. Pero para cuando él se levanta de la cama, yo normalmente, ya le he oído... La maternidad agudiza el oído (no así la paternidad...).
En resumidas cuentas, los niños van pasando por procesos de maduración... y ahora nos está tocando este. La verdad es que es precioso verle ya hecho un hombrecito... ¡pero no a las 3 de la mañana! :) Madres del mundo... ¡conservad la cuna lo máximo posible!
Menos mal, que Papá Súper Plus y Mamá Súper Plus parten para Ibiza de viernes a domingo... "¡Qué bien, qué suerte!" nos dice la gente cuando les decimos que nos vamos de novios... Efectivamente, ¡Qué suerte!.
!!!Vamos a dormir!!!